Este semisótano merecía una segunda vida después de llevar años siendo usado como almacén.
Los clientes necesitaban un segundo salón donde poder disfrutar de un gran proyector de cine, un lugar para tocar y desarrollar su música, y también un lugar para cenar tranquilamente con amigos y lugar de almacenaje.
Para ello se han dispuesto varias zonas tematizadas pero unidas por una estilo continuo. Se han diseñado muebles a medida y se ha intentado personalizar lo máximo posible para que el cliente esté a gusto.
